“La criatura más frágil en el mundo más atroz, la vida más débil y menos independiente, rodeada de gigantes desconocidos que podrían destrozarla con una sola mano, no tiene miedo: sonríe. Por un milagro inexplicablemente repetido y cuya repetición impide nuestro asombro, la más grande vulnerabilidad se convierte en la máxima seguridad; el máximo poder (…) en el máximo servicio”.
¿Para qué sirven los niños?
Miguel Ángel Moreno