Desde hace unos meses, los habitantes de Madrid nos encontramos por las calles principales de la capital con simpáticos carteles que nos anuncian lo maravilloso que es traer un chulapo al mundo. Forma parte del plan de fomento de la natalidad de la ciudad para afrontar la falta de nacimientos, un asunto que cada vez preocupa a más gente. Deben estar tan angustiados por ello que se han olvidado de atender, y entender, a los únicos que pueden ponerle remedio: los jóvenes. A los potenciales padres y madres del futuro nadie los escucha: de poco sirve que manifiesten su preocupación por la falta de vivienda asequible, la precariedad de sus trabajos o el futuro del planeta.
No tienen vino
Miguel Ángel Moreno