Lo cuenta él mismo. O lo contaba, porque falleció en marzo de 2024. Daniel Kahneman era un niño judío en el París ocupado por la Alemania nazi en 1940. Como ya sabemos y hemos visto en mil películas y documentales, todos los judíos tenían que llevar una Estrella de David cosida en la ropa.
Darle la vuelta al jersey
Además, debían atenerse al toque de queda a partir de las 6 de la tarde. Relataba Daniel que un día se le pasó el tiempo sin darse cuenta mientras jugaba en casa de un amigo cristiano. Se le hizo tarde y tenía que volver a casa. Precavido, dio la vuelta al jersey y se lo puso del revés, a modo de escudo protector. En una calle solitaria sucedió lo que más temía: se topó con un soldado alemán uniformado de negro. Estaba advertido de que aquellos, los de las SS, eran los más peligrosos. Trató de pasar rápido a su lado, pero el soldado le hizo una seña para que se acercase. Y lo cogió entre sus manos, lo levantó y lo abrazó. Daniel temblaba ante la posibilidad de que el soldado percibiera el tacto de la estrella. Sin embargo, le hablaba en alemán, con emoción. Después, abrió su cartera y le enseñó la foto de un niño como él y le dio unas monedas.