La actitud de María en Caná marca bien un modo de hacer y ser creyente, de caminar desde la fe. Su actitud fundamental consiste en que ella Escucha, Decide y Actúa. Veámoslo con calma.
Escucha
María escucha también los hechos, es decir, lee los acontecimientos de su vida, está atenta a la realidad concreta y no se detiene en la superficie, sino que va a lo profundo, para captar el significado. Su pariente Isabel, que ya es anciana, espera un hijo: éste es el hecho. Pero María está atenta al significado, lo sabe captar: «Para Dios nada hay imposible» (Lc 1, 37).