Este mes nos vamos hasta Villacañas, en la provincia de Toledo. Esta villa manchega, cercana a los 10.000 habitantes, es famosa, entre otras cosas, por sus silos: construcciones subterráneas de arquitectura popular realizadas en llanura donde las familias más humildes vivían hasta bien entrado el siglo XX; sus humedales llenos de flamencos, patos y grullas en los años de bonanza de lluvias; y por sus ermitas y la vistosa tradición de los danzantes del Cristo de la Viga, fiesta de interés regional celebrada el 1 de mayo de cada año.
La Virgen del Perpetuo Socorro en la villa de Villacañas
En una de estas ermitas, la de San Roque, encontramos un hermoso icono de Encarnación González, “la pintora granadina de la Virgen”.
Las crónicas nos dicen que desde comienzos de siglo había un altar del Perpetuo Socorro en la iglesia de la parroquia, pero la contienda nacional de 1936 destruyó altares e imágenes. En 1953 los misioneros redentoristas predican una misión, y desde entonces la devoción a la Virgen del Perpetuo Socorro ha estado ligada a las hermanas Pardo Díaz Ataona y María Dolores Zaragoza de Alba. Ellas compraron el cuadro actual del Perpetuo Socorro y ellas se preocupaban, cada año, de llamar y hospedar a los misioneros para que puntualmente predicaran el triduo a la Virgen en los días posteriores a su fiesta, 27 de junio. Al introducir esta tradición era más fácil contar con ellos estando ya más libres pasada la fiesta de la Virgen. Con frecuencia fueron los PP. Luis Larrauri y Crescenciano López Sainz.
El cuadro de la Virgen estaba en la iglesia parroquial, pero en la restauración de la iglesia en los años del postconcilio de 1970, pasó a la ermita de San Roque. Y en esta ermita sigue actualmente regalando miradas, sonrisas y favores a los fieles que se acercan a rezarle, sobre todo en el mes de junio al celebrarse su fiesta. El que muchas señoras y jóvenes se llamen “Socorro” da fe de esta devoción y presencia de la Virgen en la vida religiosa de esta villa manchega. Es un cuadro hermoso y bien conservado. El marco, típico de otros iconos españoles de Encarnación González, está como sostenido por dos angelitos pequeños que le dan realce. No en vano mereció una página a color en la Revista del Perpetuo Socorro de junio de 1994. A los pies del cuadro se nos muestra una imagen, llena de ternura, de Santa Ana enseñando las letras del abecedario a la Virgen María niña
La ermita de San Roque
La ermita de San Roque fue construida en 1835. Siempre tuvo en el parámetro interior, a la altura de zócalo, lápidas fúnebres recordatorias con su inscripción; pero no debió tener dentro enterramientos, salvo el del presbítero Cristóbal Casas, fallecido el 10 de septiembre de 1840 y enterrado al pie del altar, según se dice en un mosaico en lápida de piedra. Está ubicada en un nudo de caminos. Sabemos que las ermitas extramuros estaban siempre a la par de las vías de comunicación, prestándose así a la oración, la limosna, el descanso de los caminantes y las romerías de los habitantes de los pueblos.
Una Virgen misionera y con los misioneros
En 2024 han vuelto los misioneros a predicar la misión. Lo más sorprendente es que la misma Virgen es la que los ha llamado desde la ermita de San Roque. Hace unos dos años el P. Antonio Quesada, entonces director del equipo CESPLAM (centro de estudios y planificación misionera) y el que escribe estas líneas, en un viaje a Madrid se apartaron un poco del camino para visitar esta ermita y este icono de la Virgen de Encarnación González, del que habían oído hablar y que antaño había aparecido en esta Revista del Perpetuo Socorro, como hemos indicado. Y aquí nació el interés del párroco, D. Luis Lucendo, para dar de nuevo la misión.
Y así llegamos a los días 9 al 16 de marzo en que predican de nuevo la misión los PP. Antonio Quesada Montoro, Joaquín García-Romanillos y los estudiantes redentoristas de teología Pablo Buetas Jiménez y Francesco di Lorenzo. Este tiempo extraordinario de la misión ha tenido dos finalidades en la mente y el corazón del párroco: animar y potenciar las semanas misioneras de la familia, que se vienen celebrando por las casas desde hace unos doce o trece años, y preparar el jubileo de 2025. Este jubileo fue anunciado por el papa san Juan Pablo II al finalizar el jubileo del año 2000. Ha venido precedido del Jubileo extraordinario de la Misericordia de 2015-2016, al igual que sucedió en el gran jubileo de 2000 que fue precedido del jubileo extraordinario de la Redención de 1983.
Dejamos Villacañas, no sin antes hacer memoria del ilustre caballero de la mancha, D. Quijote, creador de sueños y proyectos que iluminan el futuro al estilo de los misioneros de hoy sembrando el presente.
- Laurentino Pineda, CSsR