Hace unos días me topé en internet con una ilustración muy curiosa, que mostraba en una primera línea unos apósitos en fila y justo debajo de éstos, en contraposición, unas estrellas de su mismo tamaño. El dibujo se completaba con la famosa frase: “Turn your scars into stars”, algo así como “convierte tus cicatrices en estrellas”.
Cicatrices y heridas
Esto nos puede evocar la siguiente secuencia: en primer lugar, donde hay una cicatriz es porque antes ha existido una herida. Y las heridas duelen, no son estrellitas chispeantes que nos hacen cosquillas y que soportamos abnegados, con una sonrisa que destila buenismo y positividad mal entendida. Una cicatriz es directamente proporcional al tamaño y a la profundidad del daño sufrido y ese dolor hay que pasarlo.