Quienes hayan sufrido una lumbalgia sabrán que, al acudir a Urgencias tras un estallido de dolor, lo inmediato suele ser recibir el diagnóstico de un proceso “agudo”. A oídos profanos en medicina esto suena a algo chirriante que nos sacude y nos violenta. Insostenible a largo plazo. Claro, es que… ¡es agudo!
El dolor pasa a ser crónico
Pensaremos ¿quién soporta mucho tiempo una situación de dolor intenso, tan inaguantable como un chillido constante? Transcurridas semanas sin que el dolor ceda, éste pasa a denominarse “crónico”. Ahora el paciente sufre de lumbalgia crónica y, dependiendo de la causa, quizás deberá aprender a convivir con el dolor a largo plazo. Pero no sólo él, sino también quienes le rodean y le ven sufriendo, a veces casi con la misma intensidad de los primeros días, pero además con el desgaste del tiempo transcurrido y la desesperanza de no vislumbrar una solución.