Esta de hoy, es una triste y admirable historia. Es la historia de Ibrahim, joven emigrante de Guinea Conakry. Es la historia, del dolor, la desesperación y la valentía. En fin, es la historia de nunca acabar. Pero también es una historia llena de amor y generosidad. ¡Ahí va!
Una aventura terrible
Decimos en España: “de perdidos al río”. Pero Ibrahim dijo: “de perdidos, al mar.” Así lo pensó y así se lo comunicó a su padre: “Papá, que me quiero ir”. Y se puso en marcha. Recorrió media África, con 14 años. Cruzó el océano en patera, muerto de miedo, porque el silencio de la noche en una patera es sobrecogedor. Y así, pasando mucha hambre, llegó a Ceuta. Allí se topó con una valla infranqueable y en la valla dejó media pierna y muchas lágrimas…